Se trata de generar un vínculo emocional entre tu empresa y los clientes. Es una especie de “compromiso” que existe entre la marca y los consumidores, que va más allá de la relación puramente comercial. Conlleva confianza, lealtad, empatía, no solo con los productos de la empresa, sino con la empresa misma. Mientras más fuerte es el vínculo, mejor posicionada está la marca porque está íntimamente ligada a sus usuarios. Por ejemplo, en las redes sociales, si tus clientes interactúan con tu empresa, comentan tus productos y comparten tus contenidos, estás logrando un alto nivel de engagement, que debes mantener y mejorar constantemente.
