Arte latino emergente en Nashville: creatividad, identidad y comunidad migrante.

Nashville es reconocida por su música, su cultura y su energía creativa. Pero en medio de ese dinamismo, hay una parte esencial de la ciudad que aún está en construcción: el arte latino emergente, hecho desde la comunidad y para la comunidad.

La ciudad está creciendo, y con ella, también el deseo de muchas personas de acercarse al arte no solo como público, sino como protagonistas de una transformación cultural. Se necesitan espacios donde los latinos puedan descubrirse como artistas, formarse, expresarse, y también donde el público pueda reencontrarse con la belleza, la sensibilidad y la identidad que el arte puede ofrecer.

Hoy existen esfuerzos importantes. Fundaciones, artistas independientes y creadores emergentes vienen ofreciendo talleres de teatro, literatura, danza, pintura, dibujo, escultura, narración oral, música, artes plásticas, artesanías y más. Pero aún no se ha dado ese salto rotundo que haga decir a Nashville: “Aquí se está haciendo arte latino de calidad, con sello propio y con impacto comunitario.”

Ese momento aún no ha llegado. Pero se está trabajando activamente para construirlo.

Y vale la pena decirlo con claridad: cuando hablamos de arte latino contemporáneo, hablamos también de migración. Porque cada historia, cada voz, cada cuerpo que se mueve, cada trazo o palabra lleva consigo una memoria migrante. Y sin esa memoria, este país no sería lo que es. La cultura del migrante no es un complemento: es una raíz viva que enriquece, transforma y deja huella.

Sin embargo, también es importante reconocer otro factor esencial: el público. No basta con hacer arte. Hay que hacerlo con calidad, sí. Pero también se necesita un público que asista, apoye, se involucre. Porque sin público, el arte no se sostiene ni crece.
Si no hay asistencia, si no hay respuesta, ¿cómo se nutre el artista? ¿Cómo se eleva el nivel cultural de la ciudad?

Una comunidad artística no se construye solo con creadores. Se construye con espectadores que se emocionan, que aplauden, que vuelven, que recomiendan. Solo así lograremos que un día se diga con certeza: «Nashville ha crecido culturalmente.»

Por eso, es necesario que quienes sienten vocación por las artes —en cualquiera de sus formas— se acerquen, se formen y participen. Pero también que el público latino se dé la oportunidad de asistir, de explorar, de abrirse al arte como experiencia transformadora. Porque el arte alimenta, pero también se alimenta de quien lo recibe.

Talleres como los que ofrecen Sculptural Art Workshop, Make Your Own Mug Workshop en Make Nashville Makerspace, y otros espacios de creación emergente, muestran que la ciudad tiene sed de experiencias culturales. Pero falta que esa misma energía abrace también el idioma español, la identidad latina, y la riqueza de nuestras expresiones.

Es tiempo de sembrar más fuerte.
Y juntos —artistas, instituciones y público— lograr que el arte latino en Nashville no solo exista, sino que florezca con voz, con orgullo, con impacto… y con todas sus formas.

 

 

Raymel Moleiro