Dominio de los news influencers en redes sociales es la frase que mejor define la transformación acelerada del ecosistema informativo en Estados Unidos. Por primera vez en la historia reciente, el público ha dejado de recurrir mayoritariamente a los medios tradicionales como fuente principal de noticias y ha colocado en el centro del debate a creadores de contenido, podcasters y figuras sin formación periodística que hoy dictan la agenda pública desde plataformas como YouTube, TikTok o X. Esta tendencia, que ya venía gestándose en años anteriores, se ha consolidado tras las elecciones de 2024 y ha puesto en jaque no solo el modelo de negocio de la prensa, sino también sus estructuras de legitimidad, autoridad y rigor.
El informe más reciente del Reuters Institute lo confirma con claridad: los estadounidenses ahora obtienen sus noticias más frecuentemente desde las redes sociales que desde la televisión o los periódicos. De hecho, programas como el de Joe Rogan superan en alcance a noticieros completos de cadenas históricas, mientras que jóvenes de entre 18 y 35 años manifiestan mayor interés por explicaciones breves y directas que por reportajes profundos o investigaciones tradicionales. Puedes leer el informe completo aquí: Reuters Institute – News consumption in the US.
Sin embargo, esta revolución mediática ha traído consigo un dilema: la información que circula en redes no siempre es verificada, y lo que parece libertad de expresión puede convertirse rápidamente en un terreno fértil para la desinformación. Irónicamente, muchos de estos influencers que han ganado la confianza del público, también se alimentan de los propios medios tradicionales para estructurar sus narrativas. Algunos replican titulares, otros comentan notas ajenas, y los más creativos desarrollan teorías sin base contrastada. De ese modo, el ciclo informativo se fragmenta, y la verdad comienza a depender del algoritmo, de la percepción personal y de la inmediatez, no del rigor. Al mismo tiempo, el público más crítico admite que, cuando una noticia realmente les preocupa, busca contrastarla con algún medio “oficial”, aunque tampoco confíe plenamente en él. Porque ahí radica la contradicción: se huye de los medios tradicionales por considerarlos manipuladores, pero se regresa a ellos cuando se necesita confirmación.
Y es que el problema no está únicamente en las redes sociales. Los medios tradicionales también enfrentan una crisis de credibilidad. Algunos responden a líneas editoriales marcadas por intereses políticos, y las coberturas suelen favorecer la narrativa de uno u otro partido. En ese sentido, la manipulación también vive en el corazón del periodismo institucional. La audiencia lo sabe, lo siente, y por eso prefiere la crudeza de un influencer, aunque este carezca de filtros. Pero incluso esa crudeza está lejos de ser garantía de verdad. Muchos influencers se basan en especulaciones, manipulan titulares o dan por ciertos hechos que aún están en desarrollo. Lo que debería ser análisis, se convierte en interpretación sesgada; lo que debería ser opinión, se disfraza de verdad revelada.
El sitio británico The Guardian ya lo advertía recientemente: estamos viviendo una ruptura estructural en la forma de consumir noticias, donde las redes sociales han superado incluso a la televisión como fuente principal de información en EE. UU. Puedes consultar su análisis completo aquí: The Guardian – Social media overtakes TV.
Esta nueva era de comunicación directa, accesible y viral ha dejado obsoleta gran parte de la estructura televisiva tradicional. Pero con ella, también ha debilitado la noción de una verdad común. La política, por supuesto, ha encontrado terreno fértil: partidos, candidatos e ideólogos ya no necesitan la prensa para llegar a millones. Basta con TikTok. Basta con un live. Basta con sembrar la duda. El resultado es un ecosistema donde todos hablan, todos opinan, pero muy pocos informan. La manipulación está en ambos lados. Y en ese campo minado, el ciudadano debe decidir en quién confiar, a sabiendas de que, muchas veces, también será engañado.
Por Raymel Moleiro /// Moleiro Productions /// 07/29/2025